jueves, 28 de agosto de 2008

AL CAMARADA JAUME D'URGELL, CARTAS BOCA ARRIBA

Jaume:

Tu consabida afición epistolar, que viene de lejos, no puede dejarme indiferente. Tras tu extemporánea Carta Abierta al Príncipe Felipe y sabiendo quién eres, de donde vienes y a donde pretendes llevarnos, no puedo resistirme a la tentación ética de desenmascararte, en evitación de que aquellos españoles que sí, de verdad, se sienten republicanos, en el sentido que ese régimen político tiene en esta parte occidental del mundo, sean manipulados y engañados vilmente.

La palabra República, para ti, no es otra cosa que el grito de guerra antiborbónico del aprendiz de revolucionario con la finalidad de destruir la Constitución de 1978 (la misma que te protege), aquella que nos dimos los españoles tras cuarenta años de oscuridad democrática. Buscas desesperadamente el título de “Jaume el Revolucionario”, no hay mayor gozo para ti que tus camaradas y correligionarios te llamen “revolucionario” . Tus diatribas contra el Rey o el Príncipe, no son expresión de republicanismo, es el odio al Borbón que mamaste en tu Cataluña natal, esencialmente en tus años estudiantiles y muy especialmente durante tu años de estudio en La Autónoma que, a principios de los 90, estaba dominada por la izquierda radical catalana; los PSAN, los ERC, los MDT, Crida, etc., conocidos como “els nois de l’odi”

El odio al Borbón (origen de tu manoseado republicanismo) ha sido la identidad republicana de la izquierda radical catalana, en base a los hechos acaecidos con motivo de la Guerra de Sucesión, y que, suponen la no aceptación de la cuota de responsabilidad en aquellos acontecimiento, a la par de una extraordinaria dosis de manipulación histórica.

Te haré una sucinta exposición de los hechos para demostrar la profundidad de la manipulación histórica que venís haciendo desde hace trescientos años.
Felipe V (IV en la Corona de Aragón) accedió al trono de los reinos hispánicos por la testamento-ley del rey Carlos II, muerto sin sucesión. La cláusula XIII, de dicho testamento le confería la corona que ostentaba Carlos II y le imponía el juramento previo a la toma de posesión de: “observar las leyes, fueros y costumbres de dichos mis Reinos y señoríos”. En virtud de lo establecido en el testamento, en 1702 se celebraron Cortes en Barcelona, cumpliéndose las disposiciones testamentarias. Felipe IV (V en la Corona de Castilla) prestó juramento previo a las “Constitucions i Constums de Catalunya”, seguidamente, “Les Corts Catalanes” prestaron juramento de fidelidad a Felipe IV como rey de la Corona de Aragón. Las peticiones y solicitudes de las Cortes al Rey están recogidas en el “Capitol de Cort” número 82. Dando cumplimiento a los acuerdos establecidos en aquellas Cortes, en 1704 se publicaba, con la sanción real “Plau a sa Majestat”, la recopilación de la instituciones públicas y privadas catalanas bajo la denominación de: “Constitucions, Costums i Altres Drets de Cathalunya”.
Pero en Diciembre de ese mismo año (1704) se consumaba la traición al juramento prestado en 1702. Bien es cierto que poderosos intereses económicos hicieron bascular al patriciado urbano de Barcelona en favor del Archiduque Carlos de Austria, arrastrando consigo a prácticamente toda la Corona de Aragón. La deriva desfavorable de la guerra, para el Archiduque, y su oportuna coronación como Emperador de Austria hizo que éste respondiera con una traición a otra traición, abandonando a los catalanes a su suerte.
No me extenderé en las consecuencias que produjeron la traición al juramento efectuado por las Costes Catalanas de 1702, pues éstas se encuentran recogidas en los Decretos de Nueva Planta. Puedes consultar las actas de las Cortes de 1702 en los Archivos de la Corona de Aragón, ubicados en Barcelona.

Dadas la circunstancias del desarrollo de aquella guerra, la lógica elemental nos llevaría a que vosotros, los catalanes, sintierais animadversión hacia el que os había traicionado, el Archiduque. Pero, curiosamente, en un ejercicio de malabarismo para no asumir la responsabilidad que os corresponde, os habéis centrado en el ejercicio del odio hacia el Borbón.

Lamentaba Largo Caballero el haber pactado con aquellos que se decían republicanos, cuando, según él, todo su republicanismo consistía en la animadversión personal que sentían hacia Alfonso XIII. Creo que tu caso encuadra perfectamente en la clasificación que hiciera Largo Caballero en 1934.

Creo, asimismo, que tus ensoñaciones revolucionarias te hacen olvidar las palabras de Lenin: “Los revolucionarios son necesarios hasta el triunfo de la Revolución, después hay que deshacerse de ellos para que no comprometan sus logros”. Ejemplos sobresalientes de esta práctica los tenemos en Trosky o en tu admirado Che, quien no se contentaba con un despacho en la Habana, ni en dedicar sus esfuerzos a mejorar la situación cotidiana de los cubanos, lo suyo era matar. El Comandante, en un ejercicio de ingenio político, le envío a las selvas de Bolivia, dejando que el imperialismo le hiciera el trabajo sucio.

Jaume, es hora de quitarse la careta, es hora de decirle a los republicanos de verdad que tu no eres republicano, que la República liberal de libertades burguesas te importa un pito, que lo tuyo es la totalitaria República Democrática, es decir; la que hubo en la Alemania del Este, la de Corea del Norte; que te declaras hijo de la Madre Rusia (la soviética, claro) y por ello, alguno de tus camaradas, te saludan en ruso. Que tus amigos son el exgolpista Hugo Chavez o Davo Morales. Que sientes admiración infinita por el Comandante Dictador del Caribe, Fidel. Que tu ídolo es el sanguinario Ernesto Che Guevara. Que hace ya tiempo que orbitas alrededor del núcleo duro del stalinismo. Que tu ideal revolucionario, en un alarde supino de paranoia stalinista, es la emancipación de toda la Humanidad.

Creeme, la Humanidad no se merece ser emancipada por ti, es de naturaleza corrupta, siempre retorna a sus antiguos vicios, mitos, costumbres y dioses. Mira en lo que ha quedado tu amada Madre Rusia, otrora faro y guía de la emancipación proletaria, hoy sucumbe ante el más atroz capitalismo. Observa como la China de Mao se revuelca en el lodo del hedonismo capitalista. Haz me caso, no gastes tus energías en un esfuerzo baldío.

El 12 de Octubre cumples los 35, ya pintan canas, es hora de dejar atrás tu adolescencia, de enredar con la Play e Internet, de ponerse a trabajar en serio, de crear una familia, tener hijos, educarlos y preocuparse por sus estudios, en una palabra, es hora de hacerse adulto. Si es necesario, retírate al Tibet, practica la Meditación, busca la paz interior, reconcíliate contigo mismo y con el Mundo, destierra tu odio, se feliz. Y lo más importante…deja ser felices a los demás.

¡Salud y Libertad sin ira!


Aristóteles.